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Arquitectos: Otxotorena Arquitectos
- Área: 875 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Rubén Pérez Bescós
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Las decisiones fundamentales del diseño se deducen, con carácter general, de una serie de criterios sólidamente afianzados en la mente de la Propiedad, a partir de su experiencia. Tales criterios han decidido de entrada el emplazamiento de esta nueva construcción, atendiendo a su eficacia funcional en términos de aprovechamiento de la parcela, coherencia organizativa, orden y optimización de las circulaciones, secuencialidad espacial, etc. Ha jugado un especial papel en este ámbito el deseo de minimización de las interferencias de la nueva edificación con el funcionamiento diario del existente complejo edificado del centro escolar.
El edificio constituye un volumen de reducidas dimensiones en doble planta, destinado a la ubicación definitiva de los servicios administrativos del Colegio, relativamente autónomos con respecto del desarrollo ordinario del día a día de la actividad educativa. El programa incluye una serie de oficinas y despachos con archivos generales asociados al procesado y la centralización sistemática de la información, y un área de recepción para padres que incluye tanto su atención individual como la organización de algunas actividades informativas de carácter colectivo, destinadas a grupos reducidos.
El volumen resultante se emplaza a un lado del aparcamiento existente, a caballo de la pendiente del talud que lo delimita, de modo que la planta baja se sitúa contra el terreno. El edificio, de este modo, presenta dos accesos correspondientes a ambas plantas, de acuerdo con las indicaciones de la Propiedad, deseosa de una diferenciación entre el acceso de visitas y un acceso ordinario al área de trabajo administrativo.
Se adopta una forma relacionada con los invariantes de la arquitectura tradicional y con la referencia de las preexistencias que constituyen los edificios anteriores del Colegio: la de un edificio de hormigón y ladrillo con cubierta inclinada de teja. Se opta por la cubierta a un agua debido a la reducida anchura de la crujía, de modo que se obtiene un espacio bajo-cubierta susceptible de ser parcialmente aprovechado como archivo.
Lógicamente, ni las Normas Subsidiarias de Planeamiento Municipal todavía vigentes ni aquellas que se encuentran en este momento en trámite de aprobación contienen prescripciones ni orientaciones específicas en relación con la configuración y el tratamiento arquitectónico de las nuevas construcciones en Zona Escolar. Según lo dicho, no obstante, se impone sintonizar con el espíritu general de las recomendaciones que se deduce de algún modo de la lectura de la serie de orientaciones que se contiene en las Normas Subsidiarias aún vigentes en relación con el tratamiento arquitectónico de las nuevas construcciones en zona rural.